lunes, 4 de agosto de 2008

Mérida

Llegamos a Mérida, capital del estado de Yucatán, un sábado por la noche, tras unas seis horas de autobús desde Playa del Carmen. Por cierto, en la estación de autobuses de Playa del Carmen pensamos que íbamos a subir a un bus destartalado y viejo, por la pinta que tenía la estación, lo abarrotada que estaba y la desorganización a la hora de anunciar las “corridas” (así llaman aquí a los recorridos o viajes en bus o taxi, no empecemos con las suspicacias…), pero nos llevamos una agradable sorpresa: los autobuses de medio-largo recorrido son comodísimos en México: baratos, limpios, modernos y bien cuidados. Y todos con lavabos (a veces uno para hombres y otro para mujeres), al menos los de primera clase. Te ponen una dos y hasta tres películas, prácticamente de estreno, con auriculares individuales para cada pasajero y en varias pantallas bien repartidas. Y el espacio entre asientos es enorme. En fin, que vale la pena recorrer México usando este medio de transporte, que es lo que estamos haciendo nosotros. Pero estábamos en Mérida. Pues eso, que llegamos sobre las nueve de la noche y cogimos un taxi (en México son bastante baratos también) hasta el hostal que habíamos reservado desde Playa del Carmen. Hostal Santa Lucía, se llamaba. La habitación privada con baño compartido nos costó 110 pesos (unos 8 euros) con desayuno incluido. La verdad, la habitación nos pareció bastante cutre, pero es la única que quedaba esa noche y no teníamos ganas deponernos a buscar otro sitio siendo las horas que eran. Así que dejamos los bultos y nos fuimos a cenar. Como era sábado y estábamos cerca del zócalo, que es la plaza mayor de cualquier ciudad colonial mexicana que se precie, había animación en la calle: Banderolas (era la fiesta del barrio, por lo visto), pequeños conciertos de música tradicional aquí y allá, cientos de vendedores callejeros de todo tipo de productos y mucha gente por la calle. Eso es típico aquí. Los sábados noche, jarana en el zócalo. En realidad, los zócalos están animados todas las tardes de la semana. Son el verdadero centro cultural, social y popular de las ciudades y pueblos mexicanos. En fin, nosotros cenamos en una terracita, dimos una vuelta y a dormir…

…Y a dormir es mucho decir. En aquel cuartucho de menos de dos metros cuadrados en el que estábamos el calor y la humedad eran insoportables. No tenía aíre acondicionado, no tenía ventanas y el ventilador del techo estaba colocado tan arriba que un niño de tres años soplando hubiese sido más efectivo. Pasamos allí la peor noche de nuestras vidas. Veníamos de pasar una semana en un hotel de 5 estrellas y esto nos pareció la alcoba del mismísimo Satanás. Cuando llegamos no hacía tanta calor, pero dos o tres horas después subió mucho la temperatura. A la mañana siguiente, tras comprobar que los baños compartidos tampoco eran mejores, nos fuimos a desayunar: medio plátano, un trocito de sandía, otro trocito de tortilla francesa y café (sin leche) del tipo “aguachirri” que es lo que se estila en México. Mientras, conocimos a una pareja francesa que nos dijeron que ellos tenían una habitación privada, con aire acondicionado y baño privado (aunque para el baño había que salir fuera, este estaba bastante bien) y que ellos ya se iban. Preguntamos al gerente por dicha habitación y nos la quedamos por 160 pesos más. La siguiente noche no tuvo nada que ver, os lo prometemos. Aprendimos la lección y ahora procuramos que no nos vuelva a pasar en el futuro. Por cierto, hay que decir que la gente del hostal es muy amable y dan buena conversación.

En cuanto a la ciudad, el centro histórico es muy parecido al de otras ciudades coloniales. Tiene la catedral más antigua de México y hay muchísimas iglesias por doquier (como en todo México) y de todos los tamaños. Allí no visitamos ningún museo, nos dedicamos a pasear por la ciudad (tampoco hay ninguno especialmente remarcable). Hacía calor y las calles nos parecieron un poco sucias, con muchas casas y calles abandonadas y olores algo pestilentes en algunas zonas (el calor, las papeleras abiertas y un viejo alcantarillado tienen la culpa, probablemente). Nos quedamos con el Zócalo, alguna placita cercana y con una ancha avenida flanqueada a cada lado por preciosas casas y palacetes. Y con las “marquesitas”, una especie de crepe enrollado, relleno de queso o mermelada o Nutella que se come en puestecitos callejeros y que está delicioso. Y con las patatas fritas, también callejeras, que se sirven con una salchicha Frankfurt encima cortada en forma de flor, muy curioso de ver, que estaban de vicio.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Así que os vais a Mexico lindo para volver a "Mérida, SP" si es que tenéis unos güebos...

Bueno, ya veo que va en serio, no?
empezáis a pasar calor y a dormir en zulos...esas noches malas son las que luego recuerdas riendo (normalmente cuando estás durmiendo de puta madre en otro sitio.

Estás hecho todo un guía turístico eh...pero santa claus tiene un poco de razón. (ya sabemos de sus maneras)no queremos saber solo el nombre de las pirámides y cuánto miden los ladrilllos que las forman.....!!!!queremos sangre!!!!contadnos que coméis, que vinos hay por ahí, que cervezas, que mujeres (con permiso de Eli, por supuesto)y a ver si colgáis unas fotos en pelotas que si no no tiene gracia...

Es broma chicos, son las 4 de la madrugada y estoy un poco dormido, las tonterías asaltan mi cabeza. aunque todo era verdad eh...

Bueno, veo que seguís con vida y aprendiendo mexicano. ya iré echando un vistazo y lanzando mensajillos cuando se pueda.

Ahora en serio, esperamos que estéis bien, que disfrutéis mucho y por favor darri, PRUEBA EL PEYOTE!!!!!! (la hayahuasca dejala que si no, no volvéis).

se os manda un abrazo desde aquí con cariño.

carmengavibertayjoana

Por cierto, "vaya par de aldabas"

pínchale cabrón, sigue tu onda...

La Muntseta dijo...

Eli queremos una foto de Darry durmiendo! venganza venganza ja ja ja

Unknown dijo...

Hi broders! por aquí ya empezáis a tener "juligans"... Pichi güey cabrón! hijos de la gran chingada!
Nada, que el único paisaje que voy a ver este verano es el del fondo de escritorio, así que voy siguiendo vuestras aventuras, a ver si se me pega algo, manque sea por telepatía!

Un abrazo!

... por ahí viene... con los ojos brillantitos!... por la calle Peñón!
... se ha tomado 3 botellas de cocacolallena... ;-)

Santa Claus dijo...

Buenas, buenas...

Por fin! Asi que hay vida mas alla de Tuclotapetl oloquesea, eh??

Mi reno ha soltado sangre por las narices al ver la foto de Eli,... y secunda la propuesta de Agapito de las fotos ligeras, dando brincos de aqui para alla... Aqui en el polo, las opciones de calentarse un poco son mas bien remotas.

Eli, una preguntita: ha dejado de fumar el susodicho que aparece en las fotos? (porque, asi, al trasluz, parece un poco mas fondon...).

Nada mas podemos comentar ahora. Es que mi reno y yo, sin quitar en absoluto nada de protagonismo, estamos disfrutando de una temporadita en Praga, la ciudad de las torres... por donde el trineo y la cerveza deslizan de maravilla...

Muchos besos y relinches.

Eli y Darry dijo...

Hola, torpedos todos.

Primero, gracias por vuestros comentarios. Y disculpas por que últimamente no hemos podido actualizar el blog con la frecuencia que nos gustaría.

A ver agapito y Papa Noel, con el tema del peyote: vosotros lo que queréis es que me coma el tigre!!!

Y en cuanto al contenido, pretendemos que sirva de ayuda a otras personas que qieran viajar por donde nosotros estamos pasando, así que tiene que haber un poco de todo, güeys.

Y Papa Noel, hasta hoy, día 29 de agosto, y aunque parezca mentira, no he vuelto a probar un cigarro. De momento lo llevo muy bien. Ahora sólo me falta dejar de morderme las uñas para hacerme un hombre de provecho.

Jose: Nosotros nos pondremos una foto tuya de fondo de escritoro, para que recorras mundo este verano.

Y muntseta: Me consta que lo están intentando con alevosía y nocturnidad, pero yo duermo con un ojo abierto... ja, ja, ja.

Besos a todos.